Seat Leon II. Versión de calle
El siguiente trabajo fue un encargo de un cliente que quería regalar a su hermana una copia de su coche a escala 1/32, un Seat León de la segunda serie, recreado a partir de un Seat León WTCC de Scalextric.
Entre el León de WTCC y el modelo de calle no hay muchas diferencias, pero algunas son muy evidentes, como son los pasos de rueda o la forma diferente del faldón delantero. La intención no era reproducir el coche fielmente puesto que habría requerido bastante trabajo igualar las formas de los pasos de rueda del modelo de calle y el tiempo no sobraba precisamente, sino hacer algunas sencillas modificaciones, decorarle en un tono de pintura lo más parecido al coche original y algún que otro detalle mas.
Este es el coche que me pidieron reproducir, un Seat León II del año 2005 pintado en un bonito color azul oscuro metalizado con reflejos verdes y algunas pegatinas personalizadas.
Y este es el coche de partida es un Seat Leon WTCC de Scalextric.
Lo primero, desmontar la carrocería con cuidado de no estropear ninguna pieza y quitarle toda la pintura. Para desmontar la carrocería utilicé un soldador eléctrico para fundir el plástico y separar las piezas. Una vez limpia de piezas, sumergí la carrocería en alcohol isopropílico durante dos horas. El alcohol actuó ablandando la pintura que fue muy fácil de retirar rascando un poco con un palo de madera y un cepillo de dientes. En algunos puntos la pintura estaba más agarrada y la quité lijando suavemente con una lija fina.
Como he comentado, las modificaciones de la carrocería fueron mínimas puesto que el tiempo que tenía para acabar el trabajo no era mucho. De modo que los pasos de ruedas los dejé tal cual estaban pero si que hice unos pequeños cambios como por ejemplo modificar la parte superior del paragolpes trasero, quitando dos bultos que el coche de competición tenía en los laterales. También tapé con masilla el hueco donde salía el tubo de escape de la derecha.
En la parte delantera, modifiqué la parte inferior del faldón con masilla, y abrí los huecos a cada lado de la toma de aire central, tal y como tiene el coche de calle. Para taparlos, recorte con la misma forma dos trozos de rejilla procedentes de un chasis de desguace.
Tras estas pequeñas modificaciones, apliqué una mano de imprimación para igualar la superficie y corregir los pequeños fallos que hubieran podido quedar. Con la imprimación bien seca, le aplique un par de capas de la pintura definitiva. Es un color azul metalizado con reflejos verdosos. La pintura fue una mezcla de colores acrílicos de Tamiya referencia X-4 (azul), X-5 (verde) y X-11 (gris metalizado). El resultado ha sido muy bueno, la pintura cubre homogéneamente y el tono es bastante parecido al coche original
Las llantas del coche original son de 5 radios pero las del coche a escala era unas de 6 radios que no se parecía nada de modo que las sustituí por unas llantas de 5 radios Speedline de Cartix, que si bien no son iguales a las del original, si que son bastante más parecidas. Una capa de pintura en spray color aluminio las dejó preparadas para su montaje.
Como el exterior del coche no me permitía muchas florituras, me centré en mejorar un poco el interior. No me gusta nada hacer una decoración de un coche de calle y dejarle el interior de un coche de competición, con un piloto, barras antivuelco y demás, de modo que desmonté el interior con intención de mejorarlo. Lo primero, dejar la bandeja desnuda y tapar los huecos donde iba anclada la jaula antivuelco. Después corté y ajusté unas tiras de estireno para los laterales del habitáculo.
Por supuesto, no podían faltar unos cómodos asientos en un coche de calle, construidos sobre una base de plástico a la que pegué masilla y luego di forma con lija y lima hasta conseguir una forma parecida a los asientos originales. Los reposacabezas son piezas separadas y posteriormente pegadas al cuerpo del asiento.
Y con todas las piezas acabadas las pegué a la bandeja del coche con este resultado:
No pensaba que hacer el interior detallado me llevaría tanto tiempo pero viendo el resultado mereció la pena el trabajo invertido.
Continuando con la carrocería, la pinté en su color definitivo. A la mezcla de colores original la añadí un poco más de color azul y conseguí un tono muy similar al coche original. También pinté los detalles como los tiradores de puertas o el fondo de los faros traseros.
Con la pintura bien seca, apliqué la primera capa de laca de automoción para protegerla. Mientras se secaba acabé las matrículas. Las matrículas en si mismas eras unas calcas pegadas sobre una fina tira de plástico de 0,25 mm. de grosor. La intención era que la tira de plástico diera el color blanco del fondo de la matrícula y además conseguir que ambas matrículas fueran piezas separadas del coche y no únicamente parte de la decoración, para conseguir un aspecto más real.
La laca estaba bien seca y coloqué las calcas para decorar el coche. Al ser un coche oscuro las calcas no resaltaron mucho ya que están impresas en papel transparente. Tras la colocación de apliqué la segunda capa de laca de automoción para proteger la decoración.
Al montar el coche, tuve que hacer unas pequeñas modificaciones en parte delantera del interior porque no encajaba correctamente. En la siguiente foto está marcado con una flecha los lugares donde tuve que cortar el interior. Además, lo volví a pintar en un color gris más oscuro que la primera vez para que el tono fuera más parecido al del coche original, aunque en la foto no se aprecia mucho.
Para simular los cristales tintados, el color oscuro de los cristales está pintado con pintura acrílica negra mate por el interior. Los retrovisores originalmente tenían la parte superior roja y se la pinté de gris metalizado.
Y el resultado final tras montar todas las piezas del coche fue este.
Me hubiera gustado conseguir unas calcas un poco más vistosas para que destacaran más en la decoración pero las impresoras de inyección de tinta a la hora de hacer las calcas tienen sus limitaciones, sobre todo las que se hacen sobre papel transparente y van colocadas sobre colores oscuros. De hecho, una de las calcas que más personalidad le da al coche, la cruz de Asturias sobre el cristal trasero, prácticamente no se ve. Es una asignatura que tengo pendiente con este coche. Por lo demás, encantado con el resultado.
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